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Al comienzo del Tiempo, el Emperador de Jade dividió el mundo en la Tierra y el Cielo.
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Bendijo a los seres vivientes en ambos reinos y todos prosperaron.
Los dioses y los humanos coexistieron en pacífica armonía
sin lucha ni contienda..
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Sin embargo, el Emperador de Jade tuvo un hijo tonto, Woonwu Feng.
Woonwu era el dios del viento, las nubes y la lluvia.
Era guapo y elegante, con un espíritu salvaje y despreocupado y demasiada curiosidad.
La Diosa Cigüeña predijo que algún día sería alborotador.
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Efectivamente, Woonwu se enamoró de un humano, a pesar de las advertencias de la Cigüeña y las diosas madres
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También robó la Fruta Prohibida, un preciado tesoro de los Jardines Celestiales.
El Emperador de Jade estaba furioso.
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¡woonwu, hijo cobarde! ¡por la presente te destierro a Hanyang, la capital de Joseon! ¡a partir de ahora, es posible que nunca entres en los Cielos Celestiales!
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Y así, Woonwu Feng se vio obligado a exiliarse.
